Recorro todos los lugares que estaban prohibidos en mi mente. De nuevo soy yo. Voy a ellos de forma pausada. Caminando a ritmo lento; todos parecen haber cambiado. Todos se han delimitado entre algo real; aquí ahora no cabe la temida imaginación. Así, con paso firme abro los ojos, veo todo aquello que antes no era, todo lo que la retina ciega miraba.
Mis labios ahora lo pronuncian, fue así, real; me permito mirarlo.
No hay mucho que hacer...
tan sólo,
seré valiente.
No hay hada que temer: lo desconocido no es, y lo conocido ya no puede sorprendernos
ResponderEliminarY cuando llegue lo que no conocemos, quizás nos sorprenda su pequeñez y miseria.
Muy bonita
Pisar con firmeza y la cabeza alta. Paso a paso se vencen los temores.
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