No sientes nada. Los días pasan
inertes entre tus dedos, y casi no puedes tocar las sensaciones que
te atraviesan. Tan solo preguntas que estallan delante de tus
ojos, tan sólo una fría soledad indicándote todos tus errores. Hay
hechos marcados con un rojo intenso -ideas subrayadas- de un viejo diario agitan tus recuerdos, ese “algo” escurriendo por tu piel te
envuelve ...dejas de pensar en presente, ahora, cambiarías ese
pasado que parece no terminar con el final entre tu aliento. Te das cuenta que todo
vuelve a surgir en el mismo detalle que dejaste atrás.
Aparecen siluetas -tú, tiemblas-.
Aparecen promesas que nunca se
cumplieron.
Aparece el mismo sabor a veneno entre
tu boca -amarga sensación de una tarde de octubre-.
Apareces tú, en mitad de la nada
dibujando momentos que nunca existieron.
No existieron. Y, hoy no eres tú. Quizás ya
nada se pueda cambiar, quizás la perfección no exista.
...demasiado tiempo para darte cuenta,
y, ahora llegas tarde.